Con los pies bien puestos: Ellos también lo harían

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Ellos también lo harían

¡Hola! En el post de hoy los protagonistas serán los pies. Sin adornos, sin nada que los cubra, sólo ellos. Y es que a parte de lucir unos bonitos zapatos, también tenemos que cuidar nuestros pies, y no sólo en verano.

Esta es la primera entrada de una serie que iremos publicando :)



Descansad, queridos:
Este tratamiento podemos hacerlo en casa en cualquier momento y sin demasiado esfuerzo. Con él no sólo se relajarán nuestros pies, nosotros también. Merecemos un descanso en este mundo de locos, carajo.

Necesitamos
-Media taza de azúcar 
-2 cucharadas de crema hidratante 
-2 tazas de leche 
-7 tazas de agua 
-Recipiente para mezclarlo todo

Procedamos:
1. Preparemos la silla donde nos sentaremos o también podemos hacerlo en el mismísimo sofá, donde estaremos más cómodos; colocamos el recipiente en el suelo (si éste no se puede mojar recomendamos poner una toalla o algo debajo). Recordad coger otra toalla para secarnos los pies después del tratamiento y también algo para pasar el rato, o si preferís hacer una siestecita… perfecto :P

2. Calentar la leche y el agua hasta una temperatura que prefiramos. En la olla, cacerola o lo que sea. A parte, mezclamos el azúcar y la crema hidratante. Tiene que quedar una masa un poco granulada, pero homogénea.

3. Vertimos la leche y el agua en el recipiente que ya hemos preparado. No nos olvidemos de la otra mezcla! (azúcar y crema) Dejadla por ahí cerca. Ahora sí, ponemos los pies en el recipiente durante aproximadamente 10 minutos.

4. Quitamos los pies y colocamos cucharadas de la mezcla de crema y azúcar sobre nuestros pies. Frotamos hasta que notamos que hemos exfoliado la piel. Los ponemos de nuevo en el recipiente y los enjuagamos bien con agua limpia.

5. Cuando no quede ni rastro del azúcar los secamos bien con la toalla. Ahora, para rematar la faena, podemos aplicarnos alguna crema hidratante de forma directa.
Y ¡ya está! ¿A que ha sido fácil?

Cuidemos a nuestros pies tal y como nos cuidamos nosotros. Ellos también lo harían.


Un besazo*

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